El papel que juegan los corresponsales al contar historias es crucial para que los lectores conozcan la información de primera mano. Ellos son lo que trasladan las noticias en primera persona, confirman fuentes, respiran el ambiente que se vive en ese país… Aunque gracias a Internet el mundo esté conectado, no hay nada como tener una persona instalada en un país diferente para conocer mejor lo que allí está pasando.
El País cuenta con una red de corresponsales única en Europa. Es el periódico que cubre prácticamente todos los países de América, incluso tiene una versión redactada en portugués que se publica en Brasil. El objetivo de todos ellos es informar de todo lo que pasa en esos países de la manera más cercana posible , “construir una mirada de ese país para los lectores” tal y como explica Daniel Verdú, corresponsal en Roma.
Ningún otro periódico europeo cuenta con tantos corresponsales. Quizá porque con la llegada de la crisis las corresponsalías fueron las primeras en desaparecer. Hay muchos que piensan que en la era en la que todo está conectado gracias a Internet no es necesario gastar dinero en estos trabajadores.
Sin embargo ser corresponsal es mucho más que lo que indica su mera definición de “periodista que habitualmente y por encargo de un periódico, cadena de televisión, radio, etc. envía noticias de actualidad desde otra población o país extranjero”. Ser corresponsal significa instalarse y vivir como un ciudadano de ese país, respirar su cultura y su forma de existir, lo que le permitirá interpretar mejor los hechos, con precisión y fiabilidad.
Hay corresponsales que incluso se juegan la vida para ofrecer información de primera mano: los corresponsales de guerra. Ellos se instalan en zona de conflicto bélico y, según ABC, deben de tener ciertas características como “alergia a los clichés, conocimiento de causa, implicación, muy poco ego y una cabeza muy bien amueblada”.
Según el reportero José Antonio Guardiola “si todos los periodistas dejáramos de trabajar, el mundo sería infinitamente más injusto”. Y es que el periodista, el corresponsal, se dedica a contar las historias que le rodean. Tanto es así que, para poder ejercer esta profesión se debe salir de las cuatro paredes de una oficina. Tiene que estar en la calle hablando con la gente y conociendo de primera mano el sentir del país en el que se está trabajando.
Joe Kahn, redactor jefe de la sección de Internacional en The New York Times afirma que “hay mucha más presión en los corresponsales ahora de la que había hace diez años cuando solamente tenían que pensar en un tema al día para los periódicos. Hoy en día la proliferación de eventos es masiva”.
Cinco son los motivos por los que los periódicos deberían seguir invirtiendo en corresponsalías ya que significa tener una voz propia en el país donde se trabaja, dan la posibilidad de hablar en primera persona con las fuentes (lo que permite contrastar contenidos), los lectores reconocen la marca personal del periodista, el corresponsal trabaja con menos presión que los freelance, y sus historias son originales y propias.