La Inteligencia Artificial se pone al servicio de las redacciones para ayudar en una gran cantidad de gestiones. Pero no se puede dejar de lado que hay que usarla de una manera ética. Un mal uso de ella puede crear una gran confusión en la sociedad, como los deepfakes.
Desde hace unos años los medios de comunicación usan la inteligencia artificial (IA) en sus departamentos de marketing, publicidad, redacción, infografía, etc. Pero, ¿qué es la inteligencia artificial y cómo puede ayudar en los medios?
En su definición más simple la IA es un intento de imitar la inteligencia humana por medio de un robot o un software, aunque hay muchas maneras de aplicarlas. Lo más común, es usarlas en asistentes virtuales, diagnóstico de enfermedades, videojuegos…
Lo que está claro es que la IA es una auténtica revolución. Son ya muchos los medios de comunicación que la usan no sólo para la financiación de sus campañas, sino para la gestión de contenidos. Los Angeles Times construyó un sistema para enviar señales de alarma en el momento que detecta un terremoto, Sports Illustrated se vale de este tipo de tecnología para preparar infografías, Associated Press lleva años usándola para generar presentaciones, etc.
Aunque también es cierto que la IA puede usarse de forma poco ética. Ejemplo de ello es el ya popular “deepfake”, a través del cual se pueden falsificar vídeos cambiando unos rostros por otros. Razón por la que cibercriminales pueden servirse de ella para realizar estafas, intentar influir en bolsa o política o poner en contra a la sociedad desprestigiando a alguien.
Por este motivo, Facebook ya ha anunciado que eliminará directamente de su red todos los vídeos que usen inteligencia artificial. Especialmente ahora que se acercan elecciones en Estados Unidos, y estos “deepfake” ayudarían seguro a las ya maliciosas “fakenews”.
En esta misma línea la compañía Utopía Analytics ha publicado recientemente un Manifiesto Ético para usar Inteligencia Artificial con el objetivo no solo de esbozar los principios de la compañía, sino para comenzar un diálogo sobre lo que es aceptable y lo que no en el mundo de los algoritmos usados en las redacciones. Su CEO, Mari-Sanna Paukkeri asegura que la IA es “solamente una herramienta y los humanos son la autoridad para aplicarla”.
Paukkeri explica que la tecnología ayuda a los periodistas a automatizar muchas rutinas así como tareas intensivas como la moderación de comentarios, identificar tendencias y audiencias. Sin embargo, “un algoritmo de calidad no lo es todo”. Los periodistas necesitan herramientas prácticas y usarlas correctamente.
IBM, por su parte, habla de cuatro características que deben potenciarse a la hora de usar la IA de manera ética como son la responsabilidad, la alineación de valores, la explicabilidad y la equidad.
Y es que el rol de la inteligencia artificial en el sector de la escritura en general, y el periodismo en particular, no se limita al uso de robots que pueden crear contenidos. Gracias a la IA podemos editar textos, usar herramientas para detectar errores ortográficos, o para traducir. Incluso las hay que ayudan con la investigación de temáticas y también con la revisión de plagio.
Sea como fuere, y por muchas funciones positivas que podamos encontrar en la inteligencia artificial, no podemos olvidar que, al menos de momento, no puede darle el toque humano que logra el periodista para conectar con el lector.