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Hoy se celebra el día del periodista en España y queremos conmemorar esta fecha reflexionando acerca de su figura. Resulta clave en la tarea de ofrecer al público información veraz, contrastada, objetiva y completa.

Hay trabajos que son vocacionales. Es el caso del médico, que quiere salvar vidas y sanar de enfermedades, o del deportista profesional, capaz de entrenar horas y horas al nivel más alto de exigencia, o del periodista, que siente la información corriendo por sus venas.

La vocación del periodista es la de destapar la verdad y ofrecerla a la audiencia. Conocer la realidad que los rodea y poder transmitirla. Por eso el periodista nunca deja de serlo. Ávido de información, siempre observa su entorno en busca de algo noticiable. La noticia puede surgir de la sala de espera del médico, del colegio de sus hijos, del mal estado de la calle por la que cruza a diario o de la conversación con un amigo acerca de su trabajo. De hecho, uno de los principales pilares de la prensa a la hora de generar engagement con el lector es su presencia y capilaridad regional y local.

Una historia, sea del tamaño que sea, siempre merece ser contada. De hecho, sabemos que situando el foco informativo en los intereses cercanos al ciudadano es posible que el lector se identifique con el medio y se genere un sentimiento de cohesión local. Por eso no es una profesión en la que no existen los horarios. Si un accidente ocurre a las cinco de la mañana, hay que informar sobre ello. Ni que decir tiene que éste sería el día a día de un periodista que cubre información local, imagínense el de aquel que cubre un conflicto bélico.

Si trasladamos esta labor a datos podemos afirmar que cuanto mayor es el consumo de prensa, mayor es el índice de bienestar (36,3%) y menor la tasa de criminalidad (0,55%), tal y como se recoge en el informe de impacto de AMI.

O lo que es lo mismo, el periodista cumple una función para con la sociedad que se traduce en una mejora en términos socioculturales y económicos.

Además, el periodista ha de tener un don de gentes elevado. Se debe de ganar la confianza de todo aquel con el que se entrevista. Credibilidad, confianza y respeto son los pilares que sustentan la relación entre un periodista y sus fuentes. A lo largo del día, un profesional que esté escribiendo un artículo tendrá que entrevistarse con el mayor número de personas para obtener una información lo más contrastada posible. Y para llegar al fondo de todos los asuntos, el periodista necesita tener grandes dotes de comunicación, empatía, curiosidad, capacidad de análisis y persistencia.

Son ellos también quienes conocen de primera mano la desesperación del desahuciado, los que se la juegan en los conflictos bélicos, los que sufre con las inclemencias climáticas, los que se congratula de los avances médicos… en definitiva, los que ríen con las noticias amables y los que se desesperan con las injusticias. Y siempre bajo el paraguas de la imparcialidad, a pesar de sus sentimientos.

Y tampoco podemos olvidar que muchos periodistas sufren presiones y amenazas a diario. Porque la verdad, a veces, resulta incómoda para algunos.

Así es el día a día de un periodista. Un día que merece ser recordado y celebrado.