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#SOSCuba

El presidente de la Asociación de Medios de Información (AMI), Fernando de Yarza, analiza la situación de caos que vive Cuba en estos momentos, centrándose en lo que supone para el periodismo y los periodistas.

Tras la salida de los Castro de la primera fila del poder en la isla y los gestos de Obama hacia el paraíso caribeño, la situación en Cuba llegó a vivir momentos de esperanza de una tímida apertura y el final de un embargo enquistado en el tiempo. El gobierno de la administración Trump en el país vecino y la llegada de la peor pandemia mundial de los últimos 100 años, con unas cifras disparadas en todo el país, han servido como excusa para justificar la situación caótica, de escasez y de penurias de la población cubana. Y una situación que se ha vuelto insostenible para los periodistas extranjeros en la isla, que han sufrido detenciones y coacciones a su trabajo tras un fin de semana de protestas por toda la isla.

Con todo, el pasado domingo 11 de julio, en las calles de La Habana y de varias ciudades y pueblos de Cuba se vivieron las mayores manifestaciones contra el régimen desde aquel maleconazo de 1994, durante el llamado Periodo Especial, cuando cientos de cubanos salieron a protestar por la precaria situación económica y estallaría la crisis de los balseros. En esta ocasión, las redes sociales han sido protagonistas fundamentales en la convocatoria y retransmisión de las protestas generadas en Cuba contra el Gobierno de Miguel Díaz-Canel.

El domingo fueron miles los cubanos que tomaron las calles al grito de “abajo la dictadura” y “no tenemos miedo”, exigiendo libertad en un movimiento en el que los ciudadanos de la isla han tenido que soportar los continuos cortes en la red realizados por el gobierno. Aun así, en las últimas semanas han logrado transmitir imágenes, vídeos y mensajes a través las distintas plataformas, y ya desde la semana pasada, la población cubana empezó a organizarse en torno a dos hashtags que pronto inundaron la red. Primero fue #SOSMatanzas y luego, con aún más fuerza, #SOSCuba, a través de los cuales se pedía proveer de ayuda humanitaria al país tras la situación de crisis generada por la pandemia. Artistas, disidentes, periodistas, influencers y figuras públicas fuera de Cuba empezaron a sumarse a la oleada de publicaciones creando un movimiento que se trasladó, finalmente, a las calles.

La mecha prendió en la población de San Antonio de los Baños, desde donde se retransmitió el primer plantón vía redes y móviles, y acabó contagiando al resto de rincones del país tirando de viralidad, y que reprodujeron las protestas por muchos rincones del país.

El gobierno, que irrumpió en la programación habitual de la televisión para instar a los partidos pro régimen a enfrentarse a los disidentes, no tardó en tomar cartas en el asunto y cortó la conexión a internet en un intento por frenar una protesta organizada en las redes y mostrada en los medios de comunicación de todo el mundo.

Las protestas acabaron con cientos de detenciones por toda la isla, y de las que Human Rights Watch ya ha publicado una lista con nombres y apellidos, supuestamente arbitrarias, y que se han sucedido desde el domingo. Entre ellas, la de Camila Acosta, la periodista cubana que ejercía de corresponsal para el diario ABC, del grupo Vocento, antes de ser detenida. En su último tuit, Camila afirmaba: “Si el régimen cubano no recapacita, o el mundo los obliga a recapacitar, la sangre correrá, porque el pueblo cubano ha gritado bien alto que perdió el miedo. Es momento de presionarlos para que abandonen el poder. Si cedemos ahora, tendremos muchos más años de dictadura”.

La periodista, como denuncia su marido, va a ser procesada por “delitos contra la seguridad del Estado” tras su detención el pasado lunes en La Habana, apenas horas después de realizar una cobertura de las protestas que se habían desarrollado en la capital. La redactora se encuentra actualmente detenida en las dependencias de la policía en El Cerro.

Desde el domingo, y durante las últimas 48 horas, no han cesado de alzarse voces internacionales en un intento por frenar la escalada de violencia y detenciones por parte del régimen cubano, con Internet prácticamente inutilizado para no seguir avivando el movimiento contrario al gobierno.

Entre ellas, la Asociación de Medios de Información (AMI) lanzó ayer un comunicado en el que condenamos la continua detención de periodistas en Cuba y demandamos a las autoridades de La Habana la puesta en libertad inmediata de Camila, la devolución de su material profesional confiscado en su domicilio y el levantamiento de los cargos que se le imputan, así como la de cualquier periodista que pueda estar en una situación similar.

Desde WAN-IFRA, no podemos sino llamar a la comunidad internacional a defender la libertad de expresión y resto de libertades en Cuba, especialmente la de los profesionales de la información para que puedan ejercer su profesión de forma libre, tanto en la isla como en cualquier parte del mundo. Solo así se podrá mostrar la realidad de lo que ocurre en todos los rincones del planeta y poder denunciar situaciones tan inusuales como las que se viven en el país cubano desde el pasado domingo.