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Ivan Safronov (imagen de RSF)

El pasado 7 de julio se cumplieron dos años del encarcelamiento de Ivan Safronov, uno de los periodistas rusos más conocidos y respetados del país y autor de las mayores exclusivas en medios de comunicación. Entre ellas, por ejemplo, que Rusia vendía aviones de guerra Sukhoi Su-35 a Egipto, lo que supuso un nuevo enfrentamiento diplomático con EEUU. También fue quien desveló la causa de un incendio a bordo del submarino nuclear secreto Losharik, en el que murieron 14 marineros en 2019.

Periodista especialista en el ámbito militar-industrial de Rusia, trabajaba como asesor de prensa del jefe de Roscosmos, agencia espacial rusa. Cuatro meses antes de su arresto, Safronov había dimitido del diario económicoVedomosti en protesta por la intromisión editorial de los nuevos dueños. Se había unido a este medio tras 10 años trabajando para su competidor, Kommersant, del que fue despedido tras negarse a revelar las fuentes utilizadas en un artículo sobre el presidente del Senado ruso.

El coraje del periodista ha estado vinculado en todo momento a su padre, un reputado reportero de Kommersant especializado en temas de defensa. Ivan Safronov padre murió en una sospechosa caída desde la ventana de su apartamento en 2007 y que las autoridades catalogaron como suicidio. A sus 51 años, había estado investigando la venta de armamento ruso a Oriente Medio.

Periodista condenado por no revelar sus fuentes.

Safronov se enfrenta a una posible condena de 20 años y ha sido acusado de traición en un juicio que comenzó el pasado 5 de marzo. “Calumniado como traidor a la nación, este periodista está siendo castigado por negarse a revelar sus fuentes”, afirma Jeanne Cavelier, jefa del área de Europa del Este y Asia Central de Reporteros Sin Fronteras. “Las acusaciones que se han hecho son ridículas, no se ha aportado ninguna prueba y el derecho a la defensa está siendo incumplido. Este caso ilustra el control total del Ejecutivo sobre el sistema judicial que ha abandonado toda pretensión de legalidad. Esta persecución debe parar e Ivan Safronov debe ser puesto en libertad”.

Sus fuentes son lo que más ha interesado en todo momento a los investigadores. Tras su arresto, le ofrecieron un trato de una condena de no más de 10 años si confesaba el nombre de sus fuentes y se declaraba culpable.

Un juicio bajo sospecha.

Los detalles del caso están clasificados y el juicio se celebra a puerta cerrada con sus abogados sujetos a cláusulas de confidencialidad. Las violaciones del derecho a la defensa han sido constantes durante el juicio y todas las solicitudes que ha presentado al tribunal han sido sistemáticamente negadas. Además de estar en prisión provisional durante más de los 18 meses legalmente permitidos, a Safronov también se le ha impedido llamar y recibir visitas de su familia.

Asimismo, uno de sus abogados, Dmitri Talantov, ya no puede defenderle porque también fue detenido el pasado 28 de junio bajo la acusación de “desacreditar al ejército ruso”. Sus otros dos abogados defensores, Yevgeny Smirnov e Ivan Pavlov, fueron previamente forzados a huir del país después de que el FSB (Servicio Federal de Seguridad ruso) iniciase procedimientos judiciales contra ellos por su vinculación con el caso.