Editores y grandes tecnológicas ponen de máxima actualidad la convivencia de la inteligencia artificial con la creación de contenidos
La inteligencia artificial (IA) es una de las tecnologías que más están revolucionando el día a día de nuestro mundo, desde ayudar a los médicos a detectar enfermedades hasta colaborar con personas, empresas y comunidades a aumentar su potencial.
Una tecnología que continúa abriendo nuevas oportunidades que podrían mejorar significativamente la vida de miles de millones de personas, especialmente en la creación de contenidos, a la vez que desde el mundo de los editores se empieza a cuestionar dónde está el límite y cuál es el papel a desempeñar por cada parte, así como si es posible hallar la convivencia.
Evolución de la IA para búsquedas complejas.
Una gran tecnológica como Google, por ejemplo, ha organizado su negocio en torno a la IA desde hace seis años y, entre sus principales objetivos, se ha propuesto organizar la información mundial y hacerla universalmente accesible y útil. Para el gigante tecnológico, una de las oportunidades más interesantes es ver cómo la IA puede profundizar nuestra comprensión de la información y convertirla en conocimiento útil de manera más eficiente para que las personas lleguen a lo que están buscando. Google ya no es solo un buscador de respuestas rápidas y objetivas, como “¿cuántas teclas tiene un piano?”, sino que cada vez se usa más para obtener información y conocimientos más profundos, como “¿es más fácil aprender a tocar el piano o la guitarra y cuánta práctica necesita cada uno”.
La IA puede ser útil en estos casos a la hora de ayudar a los usuarios a sintetizar ideas para preguntas en las que no hay una única respuesta correcta. Pronto será posible ver en la búsqueda de Google funciones basadas en IA con información compleja y múltiples perspectivas en formatos fáciles de comprender para aprender más de la web: ya sea con la búsqueda de perspectivas adicionales, como blogs de personas que tocan tanto el piano como la guitarra, o que profundicen en un tema relacionado, como los pasos para empezar como principiante a tocar estos instrumentos.
La reciente aparición de ChatGPT, un sistema de chat con inteligencia artificial que permite responder a cualquier pregunta que le hagas, está suponiendo otra revolución para el mundo de los contenidos. Está entrenado para mantener todo tipo de conversaciones, de manera que solo hay que hacerle preguntas de manera convencional y las entenderá. Esto abre la puerta a muchas funciones, pues cuenta con más de 175 millones de parámetros y está entrenado con grandes cantidades de texto para realizar tareas relacionadas con el lenguaje, desde la traducción hasta la generación de texto.
Una nueva era para los medios de comunicación.
Sin duda, la irrupción de estas tecnologías modifica el paradigma actual de los medios de comunicación, por ejemplo en el sector de la fotografía, que ven en la IA una seria amenaza a lo poco que queda del negocio. Por eso, no es de extrañar que esta desconfianza empiece a generar distintas batallas legales. Recientemente, la agencia estadounidense Getty Images ha interpuesto una demanda judicial contra Stability AI, la empresa que está detrás de Stable Diffusion, una de las IAs generativas más conocidas junto a Dall-E 2 y Midjourney. Getty Images acusa a los responsables de Stable Diffusion de haber utlizado imágenes de su catálogo para entrenar al algoritmo de esta IA, y de haberlo hecho sin pagar los derechos de autor de dicho contenido.
También ChatGPT ha despertado críticas relacionadas con los derechos de propiedad intelectual, porque los algoritmos se nutren de contenidos publicados en Internet. Según informa Bloomberg, los medios de comunicación más importantes de habla inglesa rechazan la OpenAI por utilizar sus noticias y reportajes sin establecer ningún acuerdo de uso y atribución, dado que ChatGPT no muestra las fuentes empleadas. A este respecto, Francesco Marconi (ex Wall Street Journal) asegura que “ChatGPT está entrenado en una gran cantidad de datos de noticias de las principales fuentes que alimentan su IA. No está claro si OpenAI tiene acuerdos con todos estos editores. Extraer datos sin permiso rompería los términos de servicio de los editores”.
Y mientras varios medios de comunicación son reticentes a la IA y a ser meros proveedores de contenido de esta nueva tecnología, hay otros que se están adaptando a esta nueva realidad con la creación de nuevos puestos de trabajo. Uno de ellos es el editor de Inteligencia Artificial, un puesto que los medios están creando para informar y ayudar a la redacción a entender su impacto. Por ejemplo, Financial Times acaba de designar a una especialista para el nuevo cargo al entender que, al igual que la crisis climática, la IA afecta transversalmente a todas las áreas informativas.
Cómo los editores pueden evitar la minería de datos.
Desde AMI recordamos que todos aquellos editores de medios de información que no deseen que sus contenidos sean empleados a efectos de minería de datos, es decir, para poder alimentar el conocimiento de la inteligencia artificial que veíamos en los anteriores ejemplos, tienen la posibilidad de reservar sus derechos. Los términos para ello los recoge el artículo 4 de la directiva de 17 de abril de 2019, y pueden también incorporar esta reserva de derechos a un lenguaje máquina que sea legible por las arañas que rastrean las páginas webs de los principales medios.