Diego S. Garrocho recibe el II Premio de Periodismo David Gistau
Vocento
El II Premio de Periodismo David Gistau, convocado por Vocento y Unidad Editorial y dotado con 10.000 euros, ha recaído en el profesor de filosofía y escritor Diego S. Garrocho. Con el patrocinio de la Fundación ACS, Mapfre, Santander y Telefónica, ha sido adjudicado por unanimidad por su artículo Carta a un joven posmoderno, publicado en el diario El Español el pasado 15 de enero.
En esta edición, el jurado estuvo presidido por el periodista y jefe de Opinión de El Mundo, Jorge Bustos, y compuesto por Juan Manuel de Prada, colaborador de ABC; Mar Cohnen, directora de la revista XLSemanal; Lorenzo Silva, escritor y colaborador de XLSemanal; Alberto Aguirre de Cárcer, director del periódico La Verdad; además de los periodistas de El Mundo Antonio Lucas y Maite Rico y el columnista Rafael Latorre.
Con este reconocimiento, el jurado ha querido premiar “la solidez intelectual y el compromiso ético de un artículo incisivo que denuncia los estragos del posmodernismo a partir de sus referentes más conspicuos”. Según el propio Garrocho, supone “una amarga misiva con algo de desesperación” y “una reflexión sobre la deriva intelectual de una generación seducida por el posmodernismo líquido”.
El premio Gistau es el primero que recibe este profesor de Filosofía Política y Ética de la Universidad Autónoma de Madrid, para quien su admirado antecesor era “el carisma hecho columna”. Aunque no lo conoció en persona, asegura que “Gistau inauguró una manera de escribir que completa la gran tradición del articulismo español: la de los González Ruano, Julio Camba o Francisco Umbral”. “Gistau es el heredero natural de esa gran tradición y toda mi generación creció mirándole como nuestro hermano mayor, el que mostraba esa manera magistral de ser irreverente con una erudición rebelde”, recuerda el galardonado.
Algunos de los miembros del jurado quisieron dedicar un recuerdo a la memoria de Gistau durante la entrega de premios. Por, por ejemplo, Jorge Bustos evocó a un “libérrimo, indómito e irreverente” David Gistau para encontrar ecos de su irreverencia en el artículo de Garrocho. “Amos reivindican ese pensamiento que hiere e incómoda”, dijo recordando un consejo de Gistau, “que decía que a veces hay que incomodar y cabrear un poco a la parroquia”. “Los buenos columnistas no están para regalar los oídos al lector y Garrocho no lo hace, como no lo hizo Gistau, y por eso seguirán germinando las semillas de la irreverencia”, concluyó Bustos.
Julián Quirós, por su parte, añadió que Gistau “quiso ser periodista y nada más, y defendió su oficio con una convicción radical”. Añade, además, que “marcaba distancias y tenía frescura, de ahí su autenticidad”. Quirós también encontró ecos de ese talento libre y apasionado en el artículo de Garrocho, “una crítica del empobrecimiento de la cultura”.
Francisco Rosell, director del diario El Mundo, definió a Gistau como “un James Dean del periodismo a quien solo la muerte apeó del cuadrilátero del columnismo con un golpe bajo”. Evocó Rosell la bonhomía y el talento inconformista de Gistau, “que está por encima de su leyenda”. Termina Rosell afirmando, “estamos desabrigados de la prosa perspicaz y lúcida de uno de los grandes columnistas del siglo XX, símbolo de su espíritu cimarrón e indómito”.