The Washington Post cuenta con hasta 70 boletines de noticias diseñados para atraer a diferentes públicos. La diversificación de contenidos y su especialización es la clave para seguir ganando lectores.
El correo electrónico puede resultar muy útil a los editores de noticias. Pero no inflando a spam los buzones de sus lectores. Ni siquiera recopilando sus noticias del día, las que aparecerían en la primera página de sus diarios. Si quieres atraer lectores, hay que luchar ofreciéndoles contenidos que puedan interesarles, Y a todos, está claro, no nos interesan las mismas cosas. The Washington Post lo sabe. Uno de los diarios más famosos en EEUU ha adoptado esta estrategia poniendo en marcha hasta 70 boletines de noticias con contenido diferente.
Para los adictos a la política, The Daily 202: para los amantes de las buenas historias felices, The Optimist,para los que les gusta la ciencia , Speaking of Science, con noticias de esta temática dos veces por semana. Y para los lectores de la información internacional, el último de ellos: Today’s WorldView, el primer boletín creado para un público internacional.
Para los responsables del periódico estos boletines pueden aportar segmentos muy interesantes de audiencia a la que el Post puede “atacar” a través del correo electrónico. “Creo que es muy valioso estar en la pantalla del móvil de alguien o en bandeja de entrada,” explica Tessa Muggeridge, editora de las newsletter y alertas del diario.
Además, los boletines de noticias y los sistemas de alertas pueden servir de empuje al Post para establecer una conexión directa con los lectores, sin necesidad de recurrir a plataformas como Facebook o Google, implementando además la estrategia digital del medio que en los últimos tiempos ha apostado por el contenido interactivo y el vídeo.
Un lector que se suscribe a un boletín de noticias ya está en contacto con el periódico una vez por semana. A partir de ahí puede comentar una historia, compartirla en redes sociales y, quién sabe, en poco tiempo convertirse en suscriptor digital. Es la meta que mueve a los responsables de la cabecera.