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Podcasts de The Economist

Los oyentes mensuales de podcasts de The Economist, semanario inglés de referencia en el mundo de las finanzas, duplican a los suscriptores de noticias impresas, y las descargas de estos contenidos periodísticos de audio suman ya 3 millones.

El éxito de los podcast del periódico The Economist, lleva al director del área, John Prideaux, a plantearse dejar de ofrecerlo de forma gratuita e incorporarlo al actual modelo de suscripción.

Desde que se incorporó en 2004, Prideaux ha sido corresponsal político, editor de la web del diario, corresponsal en Brasil y editor en EEUU de The Economist. Todos ellos trabajos relacionados con el mundo impreso, hasta que pasó a supervisar el contenido de audio del medio. Un cambio que le he llevado al éxito.

Un éxito que, en realidad, “es un reflejo de que lo que supone una buena historia en nuestro periódico, se puede convertir en un buen podcast”, ha afirmado Prideaux al medio Press Gazette. Y, como ingredientes para conseguirlo, identifica los buenos reportajes, los análisis impactantes y la claridad. “En un podcast hay, además, más espacio para el color. Es un medio natural para The Economist, donde mezclamos información y opinión”.

La ‘historia de amor’ de The Economist desde la época del iPod.  

The Economist tiene una larga historia en podcasts. Lanzó el primero con el nombre The World Ahead allá por 2006, y sus primeros episodios se cargaron en iPods en las tiendas de Apple como contenido de demostración. Money Talks, su podcast continuo más antiguo, comenzó al año siguiente, justo cuando el editor comenzó a usar actores para grabar ediciones de audio de sus artículos para suscriptores.

Prideaux destaca que su publicación se tomó en serio el podcasting en 2016: “Esperábamos que el podcast llegara a una audiencia más grande, una audiencia que tal vez no nos estuviera escuchando o leyendo en este momento”. “Pero diría que el factor más importante aquí fue el periodístico: solo queríamos intentarlo y pareció funcionar realmente bien”, reconoce.

La inversión en podcasting ha aumentado y la propia dirección del medio apuesta por este formato. Un buen ejemplo es que el redactor jefe, Zanny Minton Beddoes, entrevistó al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, desde su búnker de guerra en Kiev el pasado marzo. La entrevista se publicó en The Economist en formato podcast.

La compañía lanzó su podcast insignia, The Intelligence, en 2019, del que se descargan hoy en día 350.000 descargas por episodio. En un mes, Prideaux calcula que puede llegar a 2 millones de oyentes. Su mayor pico de cobertura se ha producido en estas semanas con la invasión de Ucrania, con una cifra cercana a los 2,5 millones.

Un equipo de 30 personas para llegar a un público más joven e internacional.

En total, los podcasts de The Economist son escuchados por más de 3 millones de personas al mes, frente a 1,2 millones de suscriptores impresos, mientras que su circulación digital en la segunda mitad de 2021 fue de 995.228, si vemos los datos más recientes.

Según las encuestas, los oyentes de este formato del semanario son demográficamente similares a los lectores, aunque algo más jóvenes e internacionales.

Antes de este lanzamiento, el medio empleaba a unas siete personas para trabajar en sus podcasts a tiempo completo, y ahora emplea a aproximadamente 30 personas. “El hecho de que tengamos bastantes empleados, pero que no estemos tratando de producir 150 historias por día, nos da tiempo a hacer reportajes extensos y a pasar mucho tiempo escribiendo y pensando en nuestras historias”. Tradicionalmente, los periodistas de The Economist no escriben bajo su propio nombre. Esa tradición no se ha trasladado a sus podcasts, que son presentados por periodistas designados y cuentan con contribuciones de corresponsales designados por el periódico.

Hoy en día, los usuarios pueden descargar los podcasts de The Economist de forma gratuita, mientras que su contenido online presenta un modelo de suscripción. “Creo que vamos a empezar a probar cómo funciona”, comenta Prideaux. “Espero un cambio en la próxima década hacia los podcasts de pago”.