Por qué informar sobre el cambio climático debe ir mucho más allá en las redacciones de los medios
El cambio climático es objeto de estudios e informes científicos, mientras sus consecuencias se dejan notar en todos los ámbitos de nuestras sociedades y economías. Del mismo modo, las salas de redacción de los medios deben ver el cambio climático como algo más que otro tema de actualidad, sino más bien como un problema sistémico que afecta a toda la redacción.
Por ello, las organizaciones de noticias de todo el mundo están comenzando a intensificar sus informaciones sobre el cambio climático.
Wolfgang Blau, de la Universidad de Oxford, ha realizado varias entrevistas entre reporteros climáticos, editores científicos, editores de noticias y editores jefe de Asia, África, las Américas y Europa, y ha concluido que “más de dos tercios de los encuestados confirmaron planes para aumentar su cobertura de la crisis climática”. En general, “las salas de redacción que amplían sus informes sobre el clima suelen elegir una de las siguientes tres estructuras organizativas para lograr su objetivo: aumentan el presupuesto de su departamento científico existente, por un lado, o establecen un departamento climático completamente nuevo, que luego opera en paralelo con su departamento científico existente, por otro. Un tercer enfoque, menos común, es no ampliar las secciones científicas existentes ni lanzar una nueva sección climática, sino adoptar un enfoque interdisciplinario climático con el personal con el que ya cuenta”.
Añade Blau que las salas de redacción que eligen este enfoque interdisciplinario climático se aseguran de que los editores interesados de todas sus verticales, como su departamento de política, ciencia, economía, cultura o estilo de vida, “se reúnan una o dos veces por semana para discutir y coordinar mejor sus historias planificadas que tocan aspectos de la crisis climática”. “Aunque los tres modelos organizacionales tienen sus fortalezas y debilidades, este tercer enfoque no sustituye a tener periodistas científicos y expertos en clima, sino que requiere una cultura altamente colaborativa para que tenga éxito”. De esta forma, asegura Blau, “se puede acelerar la transformación de una organización de noticias hacia la integración de los aspectos climáticos”.
Un atractivo para suscriptores y anunciantes.
Continúa hablando sobre las ventajas de esta nueva redacción climática, “que permite la creación de un nuevo equipo con una gama más amplia de experiencia que una oficina científica típica, con conocimiento profundo de la política climática, de las industrias energéticas, etc”. “Y aporta mayor para una organización de noticias si quiere destacar un cambio en las prioridades editoriales a sus posibles suscriptores y anunciantes”, asegura. Por el contrario, la principal desventaja de establecer una oficina climática dedicada es la posible “fricción interna puede crear con el personal de una oficina científica ya existente que ha estado cubriendo el cambio climático en los últimos años”.
Por su parte, la periodista climática alemana Sara Schurmann, quien actualmente asesora a la emisora pública alemana SWR en su periodismo climático, ha sugerido una cuarta táctica que consiste en instalar un “editor climático gerente” temporal como parte del equipo del editor jefe. Este especialista sénior luego participaría en todas las reuniones editoriales relevantes de una organización de noticias para que pueda concienciar a otros editores sobre los aspectos climáticos de una historia y garantizar la colaboración del equipo cuando sea útil.
Desafíos operativos y obstáculos al tratar el cambio climático.
Para los expertos de este estudio, hay que tener en cuenta los posibles desafíos operativos al tratar el cambio climático, como la necesidad de capacitación en alfabetización climática en la sala de redacción, los desafíos de lidiar con campañas de desinformación y trols, o el problema de que los editores a veces dudan en dar un espacio destacado a una historia sobre cambio climático por temor a que no interese lo suficiente a sus audiencias.
Entre los obstáculos más culturales, destaca el miedo de los periodistas a ser acusados de activismo si comienzan a cubrir la crisis climática con más frecuencia que antes. “Una de las formas más efectivas y menos comprobables de activismo editorial no se manifiesta en los temas y eventos sobre los que informa un medio, sino en aquellos que elige ignorar”, aclara Blau.
Concluye Blau que “en muchas organizaciones de noticias, son los periodistas más jóvenes los que se preocupan más por la crisis climática. Merecen la claridad ética y el apoyo operativo de su alta gerencia para que ocupen un espacio destacado”.