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Los medios de comunicación juegan un papel fundamental a la hora de difundir noticias sobre la trata de niñas y niños con fines de explotación sexual. Por eso, el Programa Tejiendo Redes Seguras, PROTEJERES, junto a FAPMI-ECPAT España y Fundación EDUCO han creado un Decálogo de buenas prácticas para medios.  

Se ha publicado el decálogo “El tratamiento informativo de la trata de niñas y niños con fines de explotación sexual. Decálogo de buenas prácticas para medios de comunicación” bajo el marco del Programa Tejiendo Redes Seguras, PROTEJERES, una estrategia integral para proteger a niños, niñas y adolescentes frente a la trata con fines de explotación sexual, contribuyendo al ejercicio del derecho de la infancia y la adolescencia a una vida libre violencia.

Se hace con la colaboración de FAPMI-ECPAT España (acrónimo de End Child Prostitution, Child Pornography and Taffiking of Children for Sexual Purposes – Acabar con la Prostitución Infantil, la Pornografía Infantil y el Tráfico de Niños con fines Sexuales) y la Fundación EDUCO, una ONG de cooperación global para el desarrollo y acción humanitaria presente en 14 países y que actúa desde hace más de 30 años a favor de la infancia y en defensa de sus derechos, en especial el derecho a recibir una educación de calidad.

Su objetivo es diseñar una guía de buenas prácticas que sea referencia en los medios de comunicación a la hora de tratar las más terribles vulneraciones de los derechos de las personas, y en concreto de niños, niñas y adolescentes: la trata de seres humanos. A pesar de haber diferentes formas, este decálogo recoge la trata de niños, niñas y adolescentes con fines de explotación sexual, una problemática que, a pesar de los esfuerzos invertidos para hacerle frente, sigue siendo invisible en nuestras sociedades, victimizando a millones de personas en todo el mundo.

Las ideas clave sobre las que se asienta son: profundizar en la trama; formar, sensibilizar, concienciar y denunciar; no estigmatizar y cuidar tanto el lenguaje como las imágenes; respetar la identidad de las víctimas y evitar su identificación; poner el énfasis en “las otras personas” y no en las víctimas; acudir a fuentes expertas; incluir el tema de la trata en la agenda periodística; dar esperanza y positivismo; dar voz y protagonismo a las personas menores de edad y evitar el morbo, el amarillismo y el sensacionalismo a la hora de informar sobre el tema.

El sector mediático juega un papel fundamental a la hora de dar visibilidad a esta problemática que, gracias a este decálogo, van a tomar un papel relevante como agentes clave contra este problema.