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Batalla entre Google y los editores

La contienda que Google mantiene con los editores de muchos países del mundo puede que llegue a su fin gracias a la creación de un código de conducta planteado por el Gobierno de Australia.

El gigante tecnológico Google mantiene una lucha contra el sector editorial de prácticamente todo el mundo por su negación a la hora de pagar el canon de derechos de autor. En nuestro país, CEDRO, la asociación de autores y editores de libros, revistas, periódicos y partituras y que se encarga de gestionar el abono de la compensación directa por el uso de noticias por parte de agregadores y buscadores, mantiene que la empresa americana debe cumplir con la regulación de Propiedad Intelectual.

Francia encabeza la batalla de editores contra la empresa con base en Mountain View en Europa ya que el año pasado incorporó la normativa de reconocer los derechos de propiedad intelectual, de forma explícita, de los editores (siendo así el primer país europeo en transponer la norma). Aunque su negociación se encuentra estancada.

La solución a estos litigios puede que la tenga Australia. Allí, su gobierno federal ha desarrollado un código de conducta para solucionar y compensar el desequilibrio existente entre Google y los editores de prensa. De momento, el documento es tan solo un borrador, pero se espera que se apruebe por el Parlamento en un breve plazo de tiempo.

Gracias a él, empresas como Google y Facebook deberán incluir en sus páginas un código que posibilite el conteo de contenidos de medios de comunicación usados por la plataforma y, por lo tanto, poder cobrar luego por ellos. Este código también introduce una serie de estándares mínimos que obligan tanto a agregadores como a buscadores a notificar todos los cambios a los que se vea sometida la clasificación algorítmica de las plataformas y también aquellos que afecten a sus presentación de noticias. Por otro lado, se exige el reconocimiento del contenido original de las informaciones y también la comunicación a los medios de los usuarios que han interaccionado con las noticias.

De momento, Google se ha manifestado en contra de esta medida, pues alega que esta nueva ley les “obliga a otorgar una injusta desventaja de unos medios frente a otros”. Además, asegura que ya está pagando mucho dinero a empresas de comunicación australianas y que “les enviamos miles de clics gratuitos”.

Un discurso que viene repitiéndose en los diferentes países donde la empresa tecnológica se ha sentado a negociar con los medios.