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evento Libertad y democracia

El 7 de enero de 2015, los hermanos Kouachi, yihadistas radicales, irrumpieron en la redacción del semanario satírico francés Charlie Hebdo armados con fusiles de asalto y asesinaron a 12 personas e hirieron a otras cinco más del equipo de la revista.

¿La razón de esta sinrazón? Por haber publicado una serie de caricaturas de Mahoma unos años antes y por su representación crítica del Islam. Sin duda, aquello fue uno de los atentados más brutales a la libertad de expresión y de prensa que ha sufrido el mundo, y conmocionó a la sociedad francesa y a los medios de información de todo el planeta.

Richard Malka, el abogado del semanario y quien asegura “vivir en un búnker” después de aquello, tanto él como el resto del equipo que sobrevivió a la masacre, ha estado esta semana en el Instituto Francés de Madrid para participar del evento Libertad y democracia. El derecho a blasfemar. Un acto en el que también ha participado el filósofo y escritor Fernando Savater, Premio Sajarov del Parlamento Europeo en el año 2000 por su defensa de la libertad de expresión, y con la moderación de Leopoldo Kulesz, editor del último libro de Malka, El derecho a cagarse en Dios.

Malka ha tenido ocasión de recordar aquel terrible atentado y las consecuencias que se derivaron de aquello hasta llegar al momento actual. “La libertad de expresión no tiene sentido si no se puede decir lo que uno piensa. Las libertades, todas, suponen cuestionarse el mundo en el que vivimos. Si no, caemos en la idolatría y en el fanatismo, conceptos que, sin duda, nos pueden llevar al abismo”. “Debemos respetar al otro y pedir respeto por nuestras ideas, pero eso también implica respetar en lo que cree y en las ideas que tiene la persona que está enfrente de mí, ya sea de la ideología o la creencia que sea”, ha asegurado.

“Cada uno de nosotros debe defender la libertad de información”.

El abogado del semanario francés también ha realizado un llamamiento a la libertad de información: “La debemos defender cada uno de nosotros con nuestro posicionamiento personal”; y alertó ante lo que denomina “hegemonía de las redes sociales”, que supone el imponer una manera de pensar sobre temas como el ecologismo, el feminismo o la homosexualidad, “y no admitir opiniones fuera de ese pensamiento único”. Se refirió tanto a la idea “absurda” de sacar cuadros de los museos como a la intención de reescribir libros que puedan ofender, “cuando lo que tenemos que hacer es escribir otros”. “Somos los hombres los que cortamos la libertad de expresión. Estamos en una época extraña en la que el pueblo mismo, que se ha peleado con el poder durante siglos para ganar libertades, es el que ahora tiene miedo y no quiere ni molestar ni ofender y ha empezado a renunciar a la libertad de expresión”, ha denunciado el abogado del Charlie Hebdo.

Fernando Savater, quien también sufrió en sus carnes ataques de los radicales de la izquierda abertzale a finales del siglo XX y principios del siglo actual, también ha hecho referencia en su intervención a la falta de libertad de expresión en la sociedad actual. “Se están creando leyes ideológicas que multan, que imponen sanciones. No podemos establecer una ideología como algo incontestable y que quienes no lo compartan son radicales. La libertad de expresión está ahora mismo mutilada porque hay asuntos o temas u opiniones que no se pueden decir por parte de un profesor o en los medios de información”.

8 años viviendo amenazados de muerte.

“¿Cómo hemos llegado al punto de amenazar de muerte a alguien que piensa distinto? Somos la suma de una multitud de identidades, y, si renunciamos a ellas, nos estamos empobreciendo”, se ha preguntado Malka, en referencia, obviamente, a las caricaturas religiosas: “Dios es suficientemente grande como para defenderse solo. Ha creado el universo y no puede sentirse en peligro por un mortal que hace un dibujo. En un estado de derecho, el tema puede llegar a los tribunales, pero no se mata a quien opina lo contrario”. “Hay que cultivar la irreverencia”, ha sentenciado.

Una irreverencia, la del Charlie Hebdo durante los últimos 30 años, que les ha llevado a vivir y trabajar actualmente totalmente blindados para evitar nuevos atentados y a vivir amenazados. ¿Merece la pena? “En 2015 tomamos la unánime decisión de continuar con la revista. Era un deber, porque de lo contrario los terroristas habrían ganado. Lo hacemos por la memoria de los asesinados”. Y ha recordado a Simón Bolívar: “Un pueblo que ama la libertad al final será libre”.