La técnica de atraer a los lectores mediante titulares sensacionalistas tiene su símil en el mundo digital con los conocidos como ‘clickbait’. Algunos digitales se sirven de ellos para conseguir atraer público a su web.
A pesar de que el término clickbait surgió de manera peyorativa para, según Wkipedia, “describir a los contenidos de Internet que apuntan a generar ingresos publicitarios dependiendo de titulares sensacionalistas”, el concepto se ha convertido en un auténtico gancho de ciertos medios digitales para animar a sus lectores a hacer clic en su vínculo de página.
El desarrollo de las analíticas digitales ha hecho que, hoy en día, los medios de comunicación consigan conocer con exactitud cuáles son los gustos y preferencias de sus lectores. Se miden las noticias y sus titulares, pero también las imágenes que las ilustran o los personajes que las protagonizan. En este contexto surge el clickbait, traducido al español como “ciberanzuelo”, como la manera de llamar la atención de los usuarios y lograr que, en un mercado saturado, los lectores cliqueen en una página determinada.
Estos ciberanzuelos se sirven de la psicología con métodos como ofrecer una información incompleta, jugar con la ocultación de datos en los titulares o su falta de precisión, entre otros. Técnicas sensacionalistas que, en muchas ocasiones, se sirven de informaciones poco documentadas y de baja calidad y que perjudican al periodismo de calidad
Aunque este fenómeno no es nuevo. Se ha llamado durante años “prensa amarilla” y nació en el siglo XIX con la voluntad de conseguir nuevos lectores en el Nueva York de la época en la que el liderazgo periodístico se debatía entre el New York World y el New York Journal. Fue en ese momento cuando se empezaron a redactar grandes titulares, especialmente de desgracias, que conducían hacia lo sentimientos más bajos de los lectores. Un fenómeno que se trasladó a Europa de la mano del diario inglés Evening Standard y el alemán Bild.
Con la proliferación de los digitales y la presión que genera el número de clics, esta práctica se ha generalizado e, incluso, ampliado, puesto que en muchas ocasiones el cebo es tal que ni siquiera en el cuerpo de la noticia puede encontrarse la información prometida con el titular. Es el todo vale de algunos medios que intentan, según palabras del periodista Ramón Salaverría, “hacer un periodismo que se inocule entre los lectores con la misma facilidad que un virus”.
Este fenómeno podría frenarse en un futuro gracias a un mejor análisis de los datos. El número de clics está dejando paso a otros KPIs más específicos que ayudan a los medios a conocer mejor a sus lectores, como el tiempo de navegación, la tasa de abandono o el propio engagement con el contenido.